Aunque a muchos le cueste creerlo, Juan Enrique Farías Gómez, el Chango Farías Gómez, algo así como el paradigma de la santiagueñidad, era porteño. Nació en pleno San Telmo, el 19 de diciembre de 1937, y falleció en una clínica del Barrio Norte, como consecuencia de la complicación de una afección pulmonar, 74 años después, ayer, 24 de agosto de 2011. Músico intuitivo por excelencia ya a los 16 años había formado el primer conjunto nada menos que junto a figuras como Mario Arnedo Gallo y Hamlet Lima Quintana, lo que no fue impedimento que para aprobar su ingreso a SADAIC el examen final de composición tuviera que hacerlo silbando...
Su figura estuvo asociada a rechazos viscerales e idolatrías igualmente irracionales. A Atahualpa Yupanqui se le adjudica haber asegurado que los Huanca Huá eran un camión lleno de peronistas cuando para otros tamaña afirmación fue del coleto del encargado del campo de Cerro Colorado y en alusión al sexteto chileno Quilapayún. Al mismo personaje, al parecer impresionado por el uso de las vocalizaciones, también se le atribuye haberle preguntado al máximo trovador argentino a qué se debía la moda que uno cantara y los otros cuatro le hicieran burla...
La trayectoria, durante todas estas décadas, con el hito destacable de Músicos Populares Argentinos, está asociada tanto al mantenimiento de una vanguardia como el mantenimiento y renovación de una sólida cultura popular. Declarado peronista a ultranza, exiliado como tantos en los Años de Plomo, sin embargo llegó a legislador porteño por la Democracia Cristiana, aduciendo que el verdadero justicialismo estaba proscripto. Incluso, aunque durante muy poco tiempo, fue funcionario municipal del menemismo.
Aparte de la envergadura de su personalidad, los Farías Gómez se erigen por mérito propio, hacia arriba, abajo y los costados, en una verdadera dinastía de la música popular argentina. Alcanza con sólo mencionar el apellido. No es necesario agregar nada más.