CRUJE EL PARAISO NEOLIBERAL CHILENO



Durante dos jornadas, convocados por la CUT (Central Unica de Trabajadores) y con el apoyo de los estudiantes que hace casi tres meses están en la calle, se llevó a cabo la primera huelga general contra el gobierno del multimillonario Sebastián Piñera, motejado popularmente La Piraña. La medida estuvo lejos de contar con el apoyo esperado, desde el punto de vista que la última movilización estudiantil sacó a la calle 200 mil almas, y para colmo se registraron hechos poco recomendables en manifestaciones de tipo popular. El lumpen chileno parece haber ganado un espacio bastante significativo, a punto tal de convertir a los desmanes, saqueos, incendios e incluso uso de armas de fuego contra los uniformados que no eran la característica sobresaliente en estas protestas.
El saldo fue de un adolescente muerto en las afueras de Santiago, de tan solo 14 años, y la cifra oficial de que en todo el país se movilizaron 165 mil ciudadanos. La CUT da por cierta una salida a las calles de 600 mil compatriotas, pero a pesar de estas disparidades que son universales resulta más preocupante el saldo político. Las caras de los dirigentes de los trabajadores y estudiantes, al cabo de las dos jornadas, no ofrecieron margen para mayores comentarios. El tono plañidero de los funcionarios oficiales, el mensaje presidencial que quiso ser enérgico y no llegó a enojón parece indicar que en Chile, como en sus vecinos trasandinos, no sabe qué es peor, si el reumatismo o la tos.
La nota sobresaliente fue la enérgica embestida de un grupo de choque de estudiantes, armados con palos, y encarando a suerte o verdad al aglutinamiento de los encapuchados al estilo árabe que se han popularizado en todas las manifestaciones del mundo. La medida fue claramente de saneamiento interno, luego de una noche en que menudearon los tiroteos, saqueos y todo tipo de vandalismo, más el saldo apuntado del adolescente muerto y dos carabineros de alta graduación heridos de no mucha gravedad en miembros inferiores y superiores.
El otro hecho destacado, que incluso motivó enojosos enfrentamientos públicos, fue la salida a la calle, a ponerse al frente de los manifestantes, de dirigentes políticos de todos los niveles, como el presidente del PS, parlamentarios democristianos y otros. Estaba lejos de ser un hecho habitual y para muchos, luego de numéricamente no haber conseguido gran apoyo el primer día, fue interpretado como que la oposición se jugaba a suerte o verdad y ponía toda la carne al asador. Sea como sea, la puja no arrojó un saldo claro para ninguna de las partes en pugna, si se deja de lado el rol estelar que lamentablemente consiguieron los lúmpenes, cuyos destrozos y desmanes fueron más que considerables, y que se debe aceptar que empañaron el descontento popular existente en la sociedad mimada por los marketineros, entre los que se debe incluir desgraciadamente a los argentinos, como modelo de desarrollo con crecimiento.
Como datos adicionales, pero no secundarios, las marchas volvieron a estar matizadas por comparsas, bailarines y músicos, un toque realmente inusitado que les pertenece a los chilenos. Ahora, aunque algunos hagan un gesto de disgusto o desdén, también fue notoria la ausencia de los pulgosos, un verdadero barómetro del fervor popular en una ciudad que es mundialmente considerada como la que mayor cantidad de perros vagabundos alberga.